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Comentarios sobre Westworld. Temporada 3. Capítulo 1

Se acabó la introspección. Los anfitriones saben lo que son y no están dispuestos a recular frente a una humanidad amparada en la tecnología.

SPOILERS DEL 3X01 A PARTIR DE LA IMAGEN.

Por lo que parece en este primer episodio, Dolores Abernathy volverá a ser el eje sobre el que pivote esta tercera temporada. Una Dolores posterior a la fuga de Westworld, ya que no ocupa el cuerpo de Charlotte, y parece que posterior a las charlas que mantenía con Bernard en la segunda temporada.

Parece que Dolores comienza a saber cómo funciona el mundo real y, por ello, asalta a Jerry, el jefe de una gran empresa asociada con Incite, la multinacional que controla el monopolio tecnológico mundial. Gracias a los recuerdos almacenados en las gafas tecnológicas de la empresa (todo está grabado), Dolores chantajea al ejecutivo con desvelar su historial como maltratador a cambio de todo el dinero y los ficheros confidenciales de Incite que Jerry, incumpliendo el trato, mantuvo escondido.

Esta escena inicial, aparte del gusto por la estética aséptica y minimalista de Jonathan Nolan, nos muestra a una Dolores implacable pero más justa que la que vimos en temporadas anteriores. No en vano, ataca a un hombre que intentó violarla cuando era anfitriona en el parque y, encima, maltrata a las mujeres que se han relacionado con él. El que sufra un traumatismo craneoencefálico al caerse en una piscina es un buen ejemplo de justicia poética.

Dolores tiene un plan bien definido. Si la tecnología mundial está a cargo de una única empresa, habrá que dominarla.

Por ello, Dolores se acerca a Liam, el hijo del fundador de Incite. La empresa posee el Rehoboam, una pequeña Estrella de la Muerte que funciona como una enorme Inteligencia Artificial que controla las probables decisiones de las personajes, estableciendo estrategias individuales y grupales.

Sin embargo, Dolores se lleva un gran chasco. Liam es solo un pelele. El socio de su padre, un tal Serac (probablemente, el papel que interprete Vincent Cassel), lo echo de la empresa y es el arquitecto del mundo actual, tecnológicamente hablando. El único que puede acceder a las capas internas de Rehoboam.

Dolores es noqueada por Martin Connells (Tommy Flanagan, al que yo siempre recordaré como el criado de Máximo Décimo Meridio en Gladiator), el jefe de seguridad de Incite. Ha saltado la tapadera de la anfitriona y se van a deshacer de ella.

Sin embargo, Connells no podía imaginarse que la joven fuera una androide y, mucho menos, que ella lo tuviera todo controlado y previsto. Solo así se puede explicar que Dolores tenga a un anfitrión con la apariencia de Connells y una identidad que desconocemos (¿Será Teddy?) en la manga. Así, Dolores busca enfrentarse a Serac, el previsible gran villano de la tercera temporada mientras Connells sigue al lado de Liam.

En el camino, aparece Caleb (Aaron Paul), la novedad más importante de esta temporada.

EL HER DE WESTWORLD

La trama de Caleb no deja de ser un remedo de Her, la magnífica película de Spike Jonze y Joaquin Phoenix. Al fin y al cabo, Westworld muestra a una sociedad entregada completamente a la tecnología y a la realidad virtual. Una sociedad en la que la inteligencia artificial realiza las funciones que los humanos no pueden llevar a cabo. No solo las físicas, sino todas aquellas que puedan ser incómodas emocionalmente hablando.

Caleb es un exmilitar en un programa terapéutico de estrés postraumático en el que recibe llamadas ocasionales de Francis, la inteligencia artificial de su amigo fallecido. Hablar con las personas perdidas como forma de afrontar el trauma. Un disparate, ya que el primer paso de toda pérdida es reconocerla, asumirla.

Caleb no se acostumbra a un mundo sin experiencias reales, en el que la única manera de vivir algo de verdad es acudir a un parque de realidad virtual. Pero no deja de ser una sociedad en la que es necesario el dinero, por lo que participa en una especie de Uber Crimen en el que se ofrecen tareas criminales por dinero.

Así es como la trama de Caleb coincide con la de una Dolores herida con la que, previsiblemente, unirá fuerzas y, probablemente, tambaleará las creencias absolutistas de Dolores acerca de que los humanos necesitan de dioses para ser subyugados.

PREPARANDO LAS PIEZAS

En una breve escena pero de gran importancia, Charlores (o Charlotte con una identidad que desconocemos, ya que no sabemos si estamos en otro momento temporal) parece la gran aliada de Dolores.

Charlores es la nueva directora interina de Delos y aboga por retomar la producción de anfitriones (entendemos que para formar un ejército) y el funcionamiento del parque tras la masacre de Delos, situada tres meses antes.

La junta no aprueba los métodos de Charlores y mencionan a una figura ausente que tiene la mayoría de las acciones de la empresa (¿Será William, el desaparecido Hombre de negro?).  Sin embargo, cuenta con el apoyo de La máquina. ¿Cómo no va a formar parte una máquina de la junta directiva de cualquier empresa del mundo que vemos en Westworld?

Por lo tanto, al menos hasta que la figura ausente se pronuncie, Delos volverá a poner en marcha Westworld. Al fin y al cabo, los anfitriones no tienen culpa de matar a la junta de Delos. Fue Bernard Lowe el que lo orquestó todo.

EL MODERNO ÍCARO

Lo cierto es que lo dicho por Charlotte es una verdad a medias. No en vano, Bernard fue el que orquestó el asesinato de la ejecutiva de Delos y colocar la identidad de Dolores en una anfitriona con el cuerpo de Charlotte. Una jugada vengativa que se volvió en su contra.

Ahora, Bernard se encuentra pagando por sus pecados, escondido de la justicia en una granja hasta que su tapadera, como la de Dolores, es descubierta.

Bernard vive permanentemente asustado de su condición como anfitrión, con miedo a que alguien modifique su código, a Dolores y a él mismo.

Tras huir de la granja, Bernard marcha camino a… ¿Westworld?

Dos opciones: o bien se ha rendido y solo busca retirarse y desaparecer con la conciencia de haber provocado la previsible rebelión sangrienta de los anfitriones; o bien busca encontrar la manera de hacer frente a Dolores y la solución está en el parque.

VUELVE EL PARQUE

Cuando pensábamos que la trama extra Westworld iba a ocupar toda la temporada, vemos a Maeve como una mujer en un pequeño pueblo europeo ocupado por los nazis en la II Guerra Mundial. Vuelve el parque y vuelven las tramas. ¿Conseguirá Maeve recuperar la autoconsciencia y la Voz?

VALORACIÓN

Parce Domine (Perdón, señor) es el primer episodio de la tercera temporada de Westworld y, aunque es muy pronto para realizar una valoración general, sí que me voy a permitir comentar qué me ha parecido. Y la sensación es inferior a lo visto en la segunda temporada y, por supuesto, a la primera.

La trama obligaba a enfocar las cámaras en el mundo exterior. Con la salida del parque se puso fin al proceso de adquisición de la introspección de un androide como ente libre. Por lo tanto, queda poco margen para disquisiciones filosóficas con la rebelión de los anfitriones en marcha.

Por ello, Westworld 3 ha ganado mucho en claridad narrativa, sin tantos recovecos temporales en este primera capítulo, pero ha perdido por el camino parte de la esencia que hizo a la serie interesante en su imperfección: esa combinación entre el anacronismo del Oeste con el futuro tecnológico. Vamos, ver a un toro de lidia atacando a hombres armados.

Además, aunque la presencia de Maeve nos da esperanzas de que el parque vuelva, esperemos que su trama no se base nuevamente en una adquisición de conciencia, que para eso ya tuvimos la primera temporada.

Por lo tanto, Westworld tiene un difícil reto por delante. Un cambio de tercio en el que corre el riesgo de romper las señas de identidad que la hicieron tan fascinante. Medios estéticos no le faltan, con esa ciudad que parece salida de una anuncio de coches de lujo o de perfumes, pero ni siquiera la urbe tiene la presencia esperada en una trama futurista.

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