Reseña del videojuego Deamon X Machina
Saber de dónde vienen las cosas suele darnos perspectivas diferentes y respuestas a un montón de preguntas que de otra manera, se hubieran quedado sin resolver. Durante el Nintendo Direct de 2018 se anunció un nuevo y muy curioso juego que llegaría en exclusiva al Switch, siendo desarrollado por una compañía llamada Marvelous First Studio, la cual, a pesar de su trayectoria desde épocas del Wii, a pocos nos sonó conocida. Posteriormente brincó el nombre Kenichiro Tsukuda, ex productor de la querida saga de Armored Core de FromSoftware que aparecía de la nada para presentarnos Daemon X Machina. Así es, este nuevo título de mechas y acción no es una ocurrencia ni producto de la casualidad. El concepto de este juego está bien cimentado por personas apasionadas del subgénero que de nueva cuenta buscan atender a un nicho muy específico del mercado, entregando un producto que indudablemente tiene fallas, pero que en su núcleo, brilla de manera intensa justamente gracias a la pasión y amor con el que claramente fue hecho.
Desde que uno le pone las manos encima a Daemon X Machina, puedes sentir ese ADN de juego de acción que solíamos ver en la era del PlayStation 2. Controles complejos pero que después de unos minutos comienzan a hacer sentido. Esto claro, como parte de una perfectamente bien definida filosofía de diseño de la que actualmente, muchos desarrolladores carecen. Por supuesto que sus pecados como videojuego moderno de 2019 saltan a la vista como por ejemplo, una narrativa ambigua a la que es complicado encontrarle sentido; sin embargo, creo que como título principalmente arcade completamente concentrado en su core gameplay, darle demasiado peso a su historia al momento de juzgarlo, sería un error, pues estoy seguro de que durante su proceso de desarrollo, mismo que claramente no contó con el presupuesto de un AAA actual, el estudio jamás persiguió la meta de contarnos una historia memorable. Repito, esta nueva exclusiva del Switch está atendiendo a nicho muy específico. Está bien si para ti no resulta atractivo.
Una historia que…
La narrativa se ha vuelto punto central de esta industria. Cuesta trabajo pensar en una producción AAA de la actualidad que no ponga gran parte de sus recursos en contar una intrincada historia que busque atrapar al jugador. Creo que en cuanto empiezas a jugar Daemon X Machina, te puedes dar cuenta de que si bien, es una exclusiva del Switch que en esta parte del mundo está siendo publicada por Nintendo, de ninguna manera lo podríamos meter en la misma canasta que los títulos que te describo, esto sin mencionar que a pesar de sí contarnos un relato y tener su propio lore, su objetivo principal jamás tuvo que ver con engancharnos con una elaborada historia.
La historia de Daemon X Machina se centra en un relato de ciencia ficción bastante interesante, aunque conocido para cualquiera que suela consumir el género. La humanidad, de nueva cuenta, se encuentra al borde de la extinción luego de un cataclismo cósmico. La luna ha colisioando con en el planeta -así le llaman simplemente “The Planet”- y causado que las mayores ciudades queden devastadas. Encima de esto, por una misteriosa razón, las inteligencias artificiales de la superficie se han revelado e iniciado una guerra contra los sobrevivientes. La verdad es que no sé si te encuentras en nuestro planeta o es una versión paralela, pues muchas veces los paisajes que ves te hacen sentir en un mundo alienígena, asunto que creo, le da un toque muy especial.
Aquí entramos nosotros al interpretar a un piloto novato de mecha o de arsenal como se les conoce en el mundo de Daemon X Machina a estos robots gigantes de combate. Al inicio del juego, se te pide personalizar y nombrar a tu personaje. Este avatar, de nueva cuenta, es uno mudo que participa muy poco en las interacciones que hay entre los demás individuos que vas conociendo. Sin mucha más introducción, se te coloca en la base de orbital, un hub del cual se te distribuye a las diferentes asignaciones. En ese momento también conocemos a Four, una inteligencia artificial que le sigue siendo leal a la humanidad y que te servirá de guía en tu aventura.
El primer problema con la historia de Daemon X Machina es la forma en la que se va presentando. Luego de la corta introducción cinemática que te dan, de la nada empiezan a aparecer diferentes personajes de distintas facciones, los cuales, te hablan de un montón de cosas como si ya conocerías perfectamente el contexto en el que te encuentras. Esto, durante las primeras horas de juego, te causará muchísima confusión y hasta desinterés por lo que esté pasando con la narrativa. Claro que conforme avanzas, algunas piezas comienzan a caer en su propio lugar y entiendes el por qué de algunas situaciones, pero la realidad es que el relato jamás termina por despegar.
Algo que me pareció muy interesante es que al interpretar a un mercenario, hay momentos en los que formarás equipo con ciertos pilotos y una o dos misiones después, puede que te los topes luchando en tu contra, pues además de estar sosteniendo una guerra contra las máquinas, existen fuertes tensiones entre las facciones de humanos que siguen con vida. Cada una de ellas tiene intereses diferentes y constantemente te estás preguntando para quién es que de verdad estás trabajando, pues cierta misión te pudo haber sido asignada por Horizon y después, estés haciendo una para el Orbital Command que involucre acabar con fuerzas de Horizon. Este elemento creo que sin duda es de los pocos que se salvan de la historia de Daemon X Machina, pues es muy complicado hablar de desarrollo de personajes y lazos que nosotros los jugadores podamos formar con ellos.
Por supuesto que me hubiera encantado hablarte de que Daemon X Machina nos cuenta un épico relato de ciencia ficción que está a la altura de los guiones más impresionantes que nos haya tocado ver este año, sin embargo, creo que también hay que entender muy bien cuáles son los objetivos y claro, alcances de quien está detrás del proyecto. Antes que nada, Marvelous First Studio quería hacer un juego de acción arcade sumamente divertido, esto sin mencionar que claramente, su presupuesto no era el más grande del mundo, asunto que puedes comprobar al ver que la gran mayoría de los diálogos que ves, se presentan con sencillas cajas de texto y una que otra cinemática no tan elaborada.
Piloteando como loco
Existen un montón de subgéneros y formas de diseño que por alguna u otra razón, viven una época dorada en cierto año y de la nada, se empiezan a apagar poco a poco, provocando que cierto nicho de fans se quede sin atender. Desde que hace más de 25 años comencé a jugar, he tenido debilidad por los juegos de acción y disparos en los que controlas algo que tenga la capacidad de volar, y recuerdo perfectamente la sensación de asombro cuando en el 2000, llegando a casa de un amigo de la escuela, éste me enseñó la caja de un nuevo juego que su papá le había comprado por recomendación de su vendedor de cabecera del mercado gris. Armored Core 2 me entró como taladro al cerebro, pues no entendía cómo es que alguien había logrado que dentro de un videojuego, de verdad te sintieras comandando un mecha de combate.
Dicho lo anterior, cuando Nintendo reveló Daemon X Machina en su Direct del E3 2018, brinqué de gusto al ver que por fin teníamos un sucesor espiritual de aquella saga de FromSoftware y que además, su productor estaba de regreso. En cuanto le pones las manos encima a lo nuevo de Marvelous First Studio, puedes sentir todo ese ADN de juego de acción del PlayStation 2, esto claro, con varios toques que lo traen a la modernidad de una genial manera y que por su estructura y forma de misiones, hacen que el “una misión y ya” sea bastante complicado de cumplir.
Daemon X Machina es un shooter en tercera persona en el que tomamos el control de un mecha con diferentes poderes y habilidades. La maquina que controlas se puede mover a gran velocidad cuando está a nivel de piso, haciendo una especie de deslizado que se siente sumamente bien. Algo interesante de los controles del juego es que la cámara siempre se mantiene fija detrás del personaje. Es decir, cuando mueves el análogo derecho, no rotas en sí la cámara, más bien mueves la mira para apuntar hacia otro lado. Esto es totalmente en pro de un gameplay mucho más frenético, pues te puedes estar moviendo a toda velocidad y a la vez, estar disparando con mucha precisión. También es posible dar un salto con el botón B, el cual, si lo presionas de nueva cuenta en el aire, hará que tu mecha comience a flotar. La transición tierra-aire y aire-tierra funciona a la perfección. En todo momento te sientes en control de tu robot de combate.
Nuestro mecha cuenta con dos armas principales. Una que se puede equipar en el brazo derecho y otra para el brazo izquierdo. Cada una se acciona utilizando ZR y ZL respectivamente. Entre toda la gran variedad de armas que tienes para elegir hay unas que lanzan balas -rifles de asalto, escopetas, ametralladoras, bazookas, etc-, pero también hay otras que lanzan láser. Además, tenemos algunas especiales como un lanzallamas u otra que es capaz de escupir ácido. Si lo tuyo es el combate melee, te alegrará saber que también te puedes equipar con una variedad de espadas y escudos. La verdad es que cada tipo de arma cuenta con su propia personalidad y funcionamiento, haciendo que elegir entre todas sea bastante complicado. Algo interesante es que nuestro mecha cuenta con dos compartimentos especiales en los que podemos guardar otro par de armas además de las que llevamos cargando en cada mano, esto claro, para poder cambiar en medio de cualquier misión.
Nuestro arsenal no se detiene ahí, pues sumado a lo que te acabo de contar, tenemos un arma de soporte ubicada en los hombros del mecha que igualmente tiene diferentes variaciones. Cañones láser, lanza granadas, misiles guiados por calor, etc, son solo algunas de las opciones que tendrás a la mano. Dicha arma se activa con el botón L y a pesar de poder ser considerada como una herramienta de apoyo, al menos yo me vi usándola mucho más de lo que pensaba. Si creíste que eso era todo, te equivocas, pues nuestro mecha tiene otro truco bajo la manga. Además de todo esto, es posible equipar a nuestra máquina con una unidad de apoyo extra u auxiliar, la cual, puede variar en cosas como propulsores para aterrizar más rápido, un sistema de enfriamiento para que nuestra estamina no se gasté tan fácilmente o bengalas para evadir agresiones enemigas.
Como te puedes dar cuenta, la cantidad de opciones de combate que ofrece Daemon X Machina es sumamente basta. Un poco más adelante en este misma reseña te contaré mucho más de las enormes posibilidades de personalización que tiene el juego. Marvelous First Studio ha hecho un trabajo sensacional en temas de control y mecánicas. Mover a un mecha dentro del juego te hace sentir que de verdad estás comandando un robot gigante con un gran poder de fuego. Sí, puede que al inicio sientas un poco extraña la movilidad y cómo es que hay que estar cambiando entre volar o moverte a nivel de piso, esto sin mencionar la enorme cantidad de indicadores que hay en pantalla, pero créeme cuando te digo que con algo de práctica todo comienza a hacer sentido, además de que como te decía, uno de los objetivos del estudio era del de justamente hacernos creer que estamos piloteando una compleja máquina, haciendo énfasis en lo que quiere decir la palabra “pilotear”. Otro gran elemento de movilidad es que apretando R, haces un boost para moverte a gran velocidad, el cual, es muy útil cuando hay que esquivar agresiones enemigas, sobre todo.
Pasando un poco al tema de estructura y forma del juego, tenemos que Daemon X Machina está dividido por misiones muy bien definidas. Unas primarias que son necesarias para poder progresar en la historia, y otras secundarias, que básicamente sirven para conseguir mejor armamento y equipo, aunque la gran mayoría de ellas sí llegan a aportar hasta en la parte narrativa. Lo que te quiero decir es que estas misiones opcionales no son solo un reciclado de las principales, tienen su propia personalidad, por lo que te recomiendo ampliamente hacerlas todas pues además, suelen ser las que mejores premios te otorgan.
Las misiones dentro de Daemon X Machina pueden ser bastante cortas, sobre todo al inicio, pero también hay varias que sí te toman mucho más tiempo completar. Creo que una de las ideas detrás de este concepto era que pudiéramos tener una sesión de juego rápida y a la vez, sentir progreso. Algo así como las lunas sencillas de Super Mario Odyssey. La variedad de éstas me pareció correcta y bastante interesante. Claro que tenemos las clásicas de acabar con todos los enemigos del área o defender cierto punto, pero también hay otras en las que por ejemplo, debes de recolectar cierta data que está espaciada por el mapa o por qué no, defender a un tren que va en movimiento. Una de mis favoritas fue en la que debes de defender una base de escombro lunar que está cayendo del cielo, también recuerdo mucho una en la que debes de escapar de una base luego de haberte robado un mecha, esto mientras otros dos mechas mucho más poderosos te están persiguiendo. Y sí, hay peleas con jefes verdaderamente impresionantes.